Reseña:
El pensamiento filosófico desde la marginalidad intelectual. Las identificaciones marginales del discurso Benjaminiano.
Philosophical thought from the intellectual marginality. The marginal identifications of the Benjaminian discourse.
Santiago Agustin Pereyra Nouveliere
Universidad Nacional de San Juan, Argentina.
https://orcid.org/0009-0002-0287-5479
Fecha de Recepción: 19 de julio de 2024
Fecha de Aceptación: 21 de noviembre de 2024
Fecha de Publicación: 30 de mayo de 2025
Financiamiento:
Sin financiación de ninguna entidad o persona ajena o diferente al investigador firmante.
Conflictos de interés:
El autor declara no presentar conflicto de interés.
Correspondencia:
Nombres y Apellidos: Santiago Agustin Pereyra Nouveliere
Correo electrónico: nouvelieresanty@gmail.com
E-book: El pensamiento filosófico desde la marginalidad intelectual. Las identificaciones marginales del discurso Benjaminiano.
Autor: Julio Alejandro Paez
Editorial: Editorial Filosofía y Humanidades Universidad Nacional de Córdoba
Número de página: 443
Fecha de lanzamiento: 2016
Plaza de edición: Córdoba, Argentina
URL: https://tbr.cl/vCNyI
“Por último, como en tantos otros escritos, quiero resaltar la muerte de Walter Benjamin, pero no como un hecho heroico o llamativo, sino sólo decir de ella que la encontró, la ‘citó’ en la frontera, en el ‘margen‘, único lugar en el que se sentía cómodo”
En el análisis del pensamiento de Walter Benjamin, es común encontrar la percepción de que su obra se presenta de forma fragmentada, sin una coherencia interna clara que permita aprehender su filosofía de manera integral. Sin embargo, la problemática que surge es si realmente la filosofía de Benjamin es algo totalmente caótico y errático, o si, por el contrario, es posible identificar un eje articulador que vertebre su pensamiento.
Desde la perspectiva de Paez, sí existe un hilo conductor en la filosofía de Benjamin, el cual se demuestra en su forma de pensar desde la ‘marginalidad’ (de ahí el título de este libro), desde la posición del outsider[1]. No obstante, es importante señalar que esta preocupación por la condición de marginado irá mutando a lo largo de la trayectoria intelectual de nuestro pensador, acorde a las inquietudes que lo ocupen en cada momento.
Ahora bien, es preciso reconocer que en la obra de Benjamin no se puede identificar un pensamiento sistemático, al estilo de los grandes filósofos clásicos como Kant o Hegel. Por el contrario, su abordaje se caracteriza por una aproximación fragmentaria, alejada de los esquemas teóricos tradicionales. Esta particularidad, lejos de ser un obstáculo, constituye un rasgo distintivo que enriquece la riqueza y complejidad de su propuesta filosófica.
El Dr. Julio Paez cuenta con un extenso y destacado recorrido académico. Obtuvo el posgrado de Doctor en Filosofía en la Universidad Nacional de Córdoba, siendo el presente libro su tesis doctoral. Además, posee un Magíster en Filosofía con mención en Axiología y Filosofía Política, otorgado por la Universidad de Chile. Asimismo, es Licenciado en Filosofía por la Universidad Nacional de San Juan. En la actualidad, Paez se desempeña como Director del Instituto de Investigación de Filosofía (IDEF) y director del proyecto de investigación “Acercarse en la distancia. Aportes estético-políticos a la reflexión de la técnica actual” (Resolución N° 1501/23-R-UNSJ). Sus áreas de especialización incluyen la ‘Estética' y la ‘Filosofía de la Historia', en las cuales ha profundizado su estudio, particularmente en el pensamiento del destacado filósofo Walter Benjamin. También posee otras publicaciones en torno a este pensador alemán como lo son: “La alegoría benjaminiana, desplazamiento estético-político” (2015) y “Experiencia, estética y política. La experiencia política del arte” (2011).
En esta obra Paez realiza un análisis lineal, con una gran agudeza, de la vida de Benjamin. Esto se aprecia también en la estructuración del libro en capítulos, los cuales se corresponden con la división periódica propuesta por Bernd Witte (2002), a saber: ‘El Intelectual Académico’, ‘El Intelectual Crítico’ y ‘El Intelectual exiliado’. Asimismo, se puede plantear una división de la trayectoria de Benjamin en tres etapas: el periodo juvenil (1910-1924), el periodo de madurez (1924-1930) y el periodo de exilio (1930-1940)[2]. A lo largo de estos capítulos, se utiliza como idea central el devenir del concepto de 'experiencia' (Erfahrung), en estrecha vinculación con la marginalidad del berlinés.
La interpretación de la obra de Benjamin desde una perspectiva lineal presenta la ventaja de facilitar la comprensión de su pensamiento de una forma evolutiva, acorde con el Zeitgeist (o ambiente intelectual) de la época. Este abordaje permite apreciar las influencias que recibió (Brecht, Bloch, Scholem, Adorno, entre otros) así como los distanciamientos respecto a influencias previas (Wyneken o Cohen). Esto puede resultar beneficioso para aquellos recién iniciados en los estudios benjaminianos, posibilitándoles una aprehensión más completa de su corpus teórico. No obstante, cabe señalar que este no es el único modo válido de indagar y exponer el pensamiento de Benjamin. Otras aproximaciones, como la desarrollada en el libro de Mariana Dimópulos “Carrusel Benjamin”, optan por ejes reflexivos conceptuales para abordar su obra.
En su libro Paez propone recorrer el pensamiento filosófico de Benjamin a partir de la categoría de 'marginalidad'. De esta manera, se interpreta su pensamiento como una voluntad que se inclina constantemente a buscar los márgenes de diversos ámbitos, para desde esas posiciones poder construir algo totalmente distinto y ejercer su poder. En este sentido, dicho pensamiento sería 'extraño' y acorde a su propia existencia, descentrada y marginal, una existencia que lo sitúa como un outsider.
De esta manera, el análisis alude al pensamiento benjaminiano a partir de la categoría de 'marginalidad', interpretando su voluntad de situarse constantemente en los márgenes como un elemento clave para la construcción de su propuesta filosófica distintiva y acorde a su propia condición de sujeto descentrado y periférico.
La aproximación planteada en el presente libro se basa principalmente en dos ejes: 1) un ‘eje conceptual’, que implica una identificación genealógica de las ideas y conceptos con los cuales Benjamin estableció vínculos y construyó afinidades electivas; y 2) un eje ‘biográfico-contextual’, que analiza la producción benjaminiana en relación con los estados marginales que afectaron su vida personal y social, en el marco de la coyuntura histórica, sociopolítica que rodeó su obra.
El resultado es un pensamiento de los márgenes que, a medida que avanza la vida de Benjamin, se vuelve cada vez más consecuente con su propia ‘experiencia’. Primeramente, busca los márgenes en el espacio académico, luego en el contexto de la República de Weimar y, finalmente, en el espacio del exilio (ausencia de espacio). Así, una vez construido su pensamiento desde el lugar de la ‘marginalidad intelectual’, está ya no será considerada desgraciada o anecdótica, sino más bien el fundamento necesario, buscado de manera consciente y deliberada, para poder formular una alternativa original de pensamiento y expresión.
En el primer capítulo del libro ‘El Intelectual Académico’, es posible apreciar la ‘experiencia periférica’ de Benjamin, que abarca desde su 'juventud', su vinculación con el Movimiento de la Juventud (Jugendbewegung) y su mentor Gustav Wyneken, hasta el trauma experimentado durante la Gran Guerra (con la muerte de su amigo Heinle, abandonando sus esperanzas en el ideal de la juventud), lo que desembocó en la búsqueda de una 'nueva experiencia' (neue Erfahrung). Es dentro de la crítica (Kritik), tomado desde el Romanticismo alemán (1919), donde Benjamin tendrá esperanzas por el futuro de su filosofía. Como argumenta Paez: “Benjamin un marginal, sin éxito ni reconocimiento confía en la fuerza de su obra, por lo tanto tiene esperanzas en el futuro para que le haga justicia como lo hace la crítica con la obra de arte”[3].
En el capítulo titulado 'El Intelectual Crítico', retoma diversos eventos a partir del fracaso del Trauerspielbuch (1924), incluyendo su viaje a la URSS, su relación con Asja Lacis y Bertolt Brecht, y finalmente su exilio en Francia para escapar del nacionalsocialismo. En este capítulo, se presentan las figuras de la 'infancia', las 'ciudades' y el 'sueño' como espacios disyuntivos con la realidad, los cuales se constituyen como: “[…] es más son espacios marginales que ponen en cuestión las formas de conocer, de pensar del hombre cotidiano que tiene que habérselas con la técnica, con el kitsch, con la ciudad moderna […]”[4].
En el tercer capítulo titulado 'El Intelectual exiliado', comienza abordando el exilio de Benjamin en Francia, pasando por su etapa de colaboración con la Escuela de Frankfurt (Frankfurter Schule), hasta su prematura muerte en 1940. Una de las figuras representativas de estos años que resalta la marginalidad será la del Lumpen, tanto según Paez como Reyes Mate[5], y no el proletariado de la Europa del siglo XX (que en esos años gozaba de poder) como defiende el marxismo ortodoxo. Aludiendo a Paez: “[…] el lumpen es el verdaderamente marginal en la época del altocapitalismo, es el verdaderamente ‘otro‘ al que arrastra Benjamin hacia el ‘márgen‘. Este ‘posible sujeto de conocimiento‘ será un cronista ideal que como lo es el ‘trapero‘ recoge los desechos y vive de ellos; el trapero salva los desechos […]”[6].Conformando de este modo el sujeto que va a redimir a lo derrotados del pasado, con este poder mesiánico.
En las conclusiones Paez sostiene perspicazmente la multiplicidad de la marginalidad en Benjamin, lo cual puede ser encontrado a partir de las lecturas desde:
“[…] lo ‘minúsculo‘, desde lo ‘concreto‘ de cada iluminación, desde las más reconocidas como “La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica” en la que le disputa al fascismo la utilización de la obra no-aurática, a partir de lugares no tradicionales de la obra de arte, hasta obras casi desconocidas como “Conversación sobre el corso” en la que expresa una forma de conocer alejado de cualquier convencionalismo”[7].
Efectivamente, las lecturas que realiza Paez no se limitan únicamente a los escritos más conocidos de Benjamin, sino que recorre incluso los más desconocidos y los pasajes más oscuros, con el fin de poder encontrar esa marginalidad de la 'experiencia' en la obra del pensador berlinés. Esto resulta coherente, pues el mismo Benjamin realiza dicha búsqueda en espacios tanto convencionales como no tradicionales, tanto de la Academia como de la juventud. Por todo lo mencionado, este libro se erige como una parada obligada para quienes se adentran en los caminos divergentes que conforman el pensamiento de Walter Benjamin. La exhaustiva revisión de Paez de los escritos, tanto célebres como más ocultos, le permite desvelar esa marginalidad que caracteriza la ‘experiencia benjaminiana’, convirtiéndose en una referencia ineludible para comprender las complejidades y riquezas de la obra de este influyente intelectual alemán.
Bibliografía
Dimópulos, Mariana. Carrusel Benjamin, Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Eterna Cadencia Editora, 2017.
Gil, Francisco. Los profetas y el mesías. Lukács y Ortega como precursores de Heidegger en el zeitgeist de la modernidad (1900-1929), México: Fondo de Cultura Económica, 1996.
Paez, Julio Alejandro. El pensamiento filosófico desde la marginalidad intelectual. Las identificaciones marginales del discurso benjaminiano, Córdoba: Universidad Nacional de Córdoba, 2016.
Reyes Mate, Manuel. Medianoche en la historia. Comentarios a las tesis de Walter Benjamin "Sobre el concepto de historia", Madrid: Trotta, 2006.
Witte, Bernd. Walter Benjamin: una biografía, Barcelona: Gedisa, 2002.
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[1] La oposición entre el enfoque 'Gelehrte' y la perspectiva del 'outsider' se puede apreciar en las siguientes palabras de Gil: “[…] fragmentados ensayos de estética propios de la movilidad y la percepción objetiva de un outsider, y no en tratados sistemáticos de ontología propios de un Gelehrte, de un insider, arraigado nativamente en los bosques provinciales del medio cultural alemán” [Francisco Gil, Los profetas y el mesías. Lukács y Ortega como precursores de Heidegger en el zeitgeist de la modernidad (1900-1929) (México: Fondo de Cultura Económica, 1996), 104.]
[2] [Bernd Witte, Walter Benjamin: una biografía, (Barcelona: Gedisa, 2002).]
[3] [Julio Alejandro Paez, El pensamiento filosófico desde la marginalidad intelectual: Las identificaciones marginales del discurso benjaminiano (Córdoba: Universidad Nacional de Córdoba, 2016), 105.]
[4] [Paez, El pensamiento filosófico, 307.]
[5] “Respecto a las figuras desgraciadas, Benjamin no piensa, como su pueblo, en la viuda, el huérfano a el extranjero, sino en la prostituta, el trapero y en esa figura moderna del hijodalgo mísero llamado flâneur […] El flâneur es un paseante que puebla las grandes ciudades europeas del siglo XIX en las que ha irrumpido la técnica […] Benjamin la rescata del pasado para llamar la atención sobre su extinción. Un siglo después de su aparición, se ha extinguido. El desarrollo industrial ha acabado con una figura que llegó en sus inicios. Hoy ya no hay calles donde pasear descuidadamente […] Antaño el flâneur era un ser marginal, sí, pero que formaba parte natural del paisaje. Ahora es un sospechoso […] Hemos perdido el paseo relajado por los comercios y nos hemos convertido en compradores compulsivos […]” [Manuel Reyes Mate, Medianoche en la historia. Comentarios a las tesis de Walter Benjamin "Sobre el concepto de historia" (Madrid: Trotta, 2006), 31-32.]
[6] [Paez, El pensamiento filosófico, 426.]
[7] [Paez, El pensamiento filosófico, 428.]